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Vivimos experiencias en que cada individuo o grupo busca tener razón a cualquier costo. Sólo con acuerdos sensatos podremos mejorar como sociedad.
Por: Enrique Fernández Longo
La sociedad va tejiendo sistemas de premios y castigos que guían las conductas de sus integrantes. Cuando esas normas pierden estabilidad por contradicciones no debatidas entre la ley y su cumplimiento, se genera una situación que sin cuidar ciertos límites desemboca en la anarquía.
Por: Enrique Fernández Longo
La sociedad va tejiendo sistemas de premios y castigos que guían las conductas de sus integrantes. Cuando esas normas pierden estabilidad por contradicciones no debatidas entre la ley y su cumplimiento, se genera una situación que sin cuidar ciertos límites desemboca en la anarquía.
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El Estado pierde imperium y la capacidad de forzar la conducta de los que infringen la ley. El propio Gobierno atenta contra normas elementales al haber roto la transparencia del índice de costo de vida, una de las acciones más dañinas para mantener la confianza indispensable para concertar acciones. Es el equivalente a tener el metro o el litro con distintas medidas.
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Esto ha venido ocurriendo en la Argentina como consecuencia de interrumpir frecuentemente el proceso de aprendizaje para vivir en democracia. Al haber recurrido a la fuerza ilegal buscando el orden, conseguimos lo contrario, el desprestigio de la ley.
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Actualmente, piqueteros, estudiantes, sindicatos, empleados públicos, defensores del medio ambiente, productores y empresarios recurren a los cortes y obstruyen la circulación de personas y de bienes generando caos en la sociedad. Cada grupo se ampara en su sector y ataca a toda la comunidad que es esencialmente interdependiente.
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Cuando la lucha es la manera de operar, el luchador es el héroe de su grupo luchando contra otros grupos y ayudando a consolidar el malestar que quiere evitar. "Tener derecho y tener razón" sin ver a los demás es lo que desemboca en la acción directa. El primer corte de rutas fue en1997. Once años después tenemos cientos de interrupciones de la vía pública.
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La pregunta que se va insinuando al ver este panorama es: ¿cómo salimos de esta situación que se basa en la lucha de cada grupo contra el resto de la sociedad, aunque el destinatario aparente sea el Gobierno? Confusión que nos distrae respecto de lo que ocurre en la realidad.
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La primera medida es que todos los actores tomemos conciencia de que esta manera de tener razón, de conseguir lo que queremos y necesitamos, está generando la máxima inconveniencia para prosperar en forma sostenida como comunidad, como sector y como personas. Que podamos ver que cada uno de nosotros sufre mucho más de lo que obtiene con esta suma de razones sectoriales que al ejercerse de este modo provoca la sinrazón del ser social.
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La segunda medida es que si queremos cambiar la tendencia, tenemos que generar acuerdos que estemos dispuestos a cumplir, para no continuar perdiendo cotidianamente. Tomando al toro por los cuernos, concertar una tregua durante seis meses para que no haya cortes de la vía pública.
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Tal vez sea el momento de dar los primeros pasos para lograr nuestro pacto de la Moncloa y vivir mejor, como hicieron los españoles que tuvieron desencuentros más graves que los nuestros. Pasemos a la acción concertada para salir de la acción directa.
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Entrevista con el autor de la nota de opinión publicada ayer en Clarín, Dr. Enrique Fernández Longo, abogado y facilitador de procesos de cambio, negociación y mediación. (Damián Toschi - Virginia Vénere)
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